II Domingo de Cuaresma: 16 de Marzo
Que invirtamos en nuestro hogar celestial de la misma manera que lo hacemos en nuestro hogar terrenal.
“Yo soy el Señor; yo te saqué de Ur de los caldeos para darte esta tierra como herencia.” - Genesis 15:7
Así como el Señor les dio a Abraham, Moisés y los Israelitas una tierra para poseerla, también nos ha dado un hogar. Su casa, sea grande o humilde, es un don de Dios. Abraham preparó un gran sacrificio al Señor para agradecer el hogar que Dios le dio. ¿Cόmo le muestra su gratitud a Dios por el hogar que Dios le ha dado? ¿Hace algún tipo de sacrificio? ¿Le da algo de sus finanzas de vuelta a Dios, y así invierte en su hogar eterno tal como invierte en su hogar terrenal?